Consejos acerca de la nutrición


Del libro Ecopsicología, del Dr. Vladimir Antonov


En cierto tiempo, Dios explicó a las personas los principios de la nutrición a través del profeta: «(…) Miren, les doy todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan frutos; todo esto les servirá de alimento». Este precepto fue anotado en la Biblia judía (Génesis, 1:29). Luego Dios añadió a través del otro profeta: coman todo, «pero carne con su vida, con su sangre no coman» (Génesis, 9:1-4). ¿De qué habla esta frase? Esta frase habla de la nutrición «sin matanza». En otras palabras, coman todas las plantas comestibles, usen la leche y los huevos, pero no maten para comer a los animales en cuyos cuerpos ustedes ven sangre.
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Posteriormente, estudié la literatura científica de la fisiología de la alimentación y me convencí de que en los cuerpos de los animales no hay ningún componente esencial para el hombre que no pueda ser remplazado por componentes similares obtenidos de los productos vegetales, lácteos y de los huevos. En la leche y en los huevos hay, entre otras cosas, todos los llamados aminoácidos esenciales, componentes importantísimos de las proteínas. ¡Así resultó que la alimentación con carne y pescado no es una necesidad, sino una clara manifestación del vicio de la gula y del deseo de satisfacer el propio antojo gustativo a cuenta del dolor y la muerte de otros seres!
Y que nadie busque la justificación diciendo que «ellos» matan, no yo. Yo simplemente compro y como. ¡Pues no! ¡«Ellos» matan para nosotros! De este modo somos cómplices de la matanza de seres inocentes que fueron encarnados no para que los matemos, sino para cumplir sus siguientes etapas evolutivas en los cuerpos dados a ellos por Dios. En esos cuerpos están almas parecidas a las almas humanas, sólo que más jóvenes en su evolución, como si fueran niños en comparación con nosotros.
Yo maté a muchos animales.
Desde la niñez fui acostumbrado a colocar gusanos vivos en los anzuelos. En aquel entonces no podía imaginarme en su lugar. Y luego en los mismos anzuelos estaban sufriendo los peces.
Ellos no «se duermen», como dicen los padres crueles para consolar a sus hijos que sienten pena de los pececitos moribundos. Cada pez, al morir, experimenta el horror, el dolor de las heridas y el sufrimiento de la asfixia.
Después empecé a disparar a blancos vivos: aves y animales.
Luego llegué a ser un ecólogo-zoólogo y en mis manos murieron miles de animales, esta vez no para convertirse en comida, sino para «experimentos científicos».
Más tarde, trabajando en medicina, también cortaba y mataba ratas y conejos, estos animalitos tan tiernos y cariñosos.
Cuando, por fin, me di cuenta de lo que había hecho, de repente llegué a ser consciente de todo su dolor. Me arrepentí y les pedí perdón. Pero parece que no sufrí lo suficiente durante mi arrepentimiento.
Y después de muchos años, cuando me atacó, sin ningún motivo y sin yo haber tenido oportunidad de defenderme, un bárbaro de dos metros de altura y mutiló mortalmente mi cuerpo, por lo que luego estaba muriendo en medio de un dolor atroz, yo también podía haber estado perplejo y podía haber preguntado: «¿Por qué? No hice nada malo a nadie».
Y algún día, posiblemente en sus futuras vidas terrenales, él y los miembros de su banda (cuyo sicario era él en aquel entonces), también agonizarán entre sufrimientos y gemirán: «¿Por qué?».

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Primero, por regla general, es deseable tener en nuestra alimentación todos los cinco grupos de elementos nutritivos: las proteínas, las grasas, los carbohidratos, las vitaminas y los minerales. Las dietas empobrecidas intencionalmente, entre las cuales están las «monodietas»*, pueden usarse eficazmente con fines terapéuticos, pero no deben prolongarse por demasiado tiempo. Uno puede seguir tal dieta, después de consultarlo necesariamente con un especialista, por 1, 3, 7, 30 o 45 días, dependiendo de la gravedad de su dolencia y de la táctica escogida de curación.
El ayuno total de 72 horas (¡durante el cual uno debe necesariamente beber agua!) también ayuda a alcanzar los fines curativos y depuradores. Pero si tienen el deseo de ayunar durante más tiempo, es mejor que lo hagan bajo el control de un especialista de ayuno curativo. La salida del ayuno debe ser suave. Las primeras comidas es mejor hacerlas de jugos y frutas. Además, durante unos días hay que excluir la sal común de la comida, de lo contrario pueden aparecer edemas de los tejidos.
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Lo más importante en el asunto de la nutrición correcta es la observancia del principio fundamental ético: el no causar daño a otros seres. Y sólo las personas que tienen la compasión desarrollada hacia el dolor ajeno podrán progresar en el Camino espiritual. Es así, porque Dios deja acercarse a Su Morada sólo a aquellos que asimilaron el principio de Amor.
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Si uno ignora la ética de la nutrición, va a sufrir enfermedades cuyos mecanismos están previstos por Dios.
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Además, debemos tener en cuenta el aspecto energético de tal nutrición, pues las energías cadavéricas obstruyen los chakras y meridianos, lo que interrumpe el suministro bioenergético de muchos órganos y estimula la formación del cáncer. Estas mismas energías también afectan los órganos digestivos provocando las inflamaciones agudas, crónicas y úlceras y contribuyen al desarrollo de tendencias psíquicas agresivas. La energía de la conciencia de tales personas se hace más grosera y ellas se vuelven incapaces de refinarla.
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Además, hay que dejar de consumir alcohol, sustancia que no contribuye en absoluto al acercamiento a la Perfección y evitar el consumo excesivo de la sal común y de las bebidas que contienen cafeína (café, cacao, té). Tampoco es recomendable freír la comida usando aceites vegetales. Y, por supuesto, no beban la orina, la que llegó a ser un alimento de moda en Rusia últimamente. Su consumo sistemático envenena el cerebro y provoca trastornos mentales.
Entonces ¿qué comer? ¿Qué alimentos incluir en el «menú» de la propia familia y en el de uno mismo? Sin duda, cada uno tiene sus gustos y sus hábitos nutricionales. Pero para mí, durante el proceso de mi formación espiritual, cuatro productos constituían la base de mi alimentación. Eran el arroz, los hongos, los huevos y los tomates (frescos o en forma de salsas y pastas). Además, yo comía papa, mayonesa, verduras, zanahoria, pan blanco, mermelada, bayas, mantequilla, aceites vegetales, queso, etc. Tal régimen alimenticio es nutritivo y proporciona suficiente energía para cualquier trabajo, incluyendo meditativo. Solamente en las últimas etapas de la ascensión espiritual tuve que renunciar a los huevos, porque la energía contenida en éstos no era adecuada para el trabajo con la Morada del Creador.
Y el último consejo: ¡no piensen mucho en la comida! Después de dejar la nutrición viciosa, establezcan un nuevo «algoritmo» y piensen en Dios, en el Camino hacia Él, que incluye el servicio a Él. Tengan cuidado de no caer en el error, cometido por muchas personas, de dirigir toda su atención solamente a «las reglas de la nutrición limpia» y olvidar de esta manera algo mucho más importante.



 

1 comentario:

  1. Es básica una buena nutrición para cualquier cosa en la vida, estudiar, trabajar o incluso hacer bykram yoga ya que sino podemos desfallecer... Muy bien explicado

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